Juan 5:5-9“Y había un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así,le dijo:¿Quieres ser sano?Señor,le respondió el enfermo,no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua;y entre tanto que yo voy,otro desciende antes que yo.Jesús le dijo:Levántate,toma tu lecho y anda.Y al instante aquel hombre fue sanado,y tomó su lecho y anduvo.Y era día de reposo aquel día”
Cuando vemos que todo sigue igual,el tiempo avanza y nada cambia,tendemos a caer en desilusión,olvidando que somos muy importantes para Dios,quien dio lo que más amaba por ti y por mí:a su Hijo Jesús.
Cada uno de nosotros tiene mucho para dar,lo que pasa mayormente es que centramos nuestra mirada en las luchas y pruebas,en el presente y esto nos lleva a llenarnos de excusas como por ejemplo:"estoy mal por lo que pasé"…"Si no hubiera vivido tal circunstancia,no estaría como estoy ahora"…"Si no estuviera en esta familia,todo sería distinto","no puedo dar amor,porque no me lo dieron,me rechazaron,abusaron de mi en lo sentimental,en las palabras y físicamente"…
Estas cuestiones nos postran en la vida,al igual que este hombre que se encontraba junto al estanque de Betesda.Pensando que ya no le interesaría a nadie,amargado,desilusionado,seguramente culpando a otros por su condición diciendo:nadie me ayuda…nunca me dieron una oportunidad…todos me rechazan…pero llego aquel día en que su historia cambiaría para siempre.
Dios hoy se para frente a tu vida para decirte:Levántate.No es tiempo para estar postrado declarando derrota,es tiempo de declarar y vivir en la victoria que Cristo ya te ha entregado!
(Dev.Rey de Reyes)
