GRACIAS

Primeramente le digo GRACIAS a Papá Dios por permitirme
este medio, y GRACIAS a quellos que han entrado ya varias veces.
Aquí les dejo lo que hoy es alimento para mi alma.Bendiciones.







27.5.09

28 de Mayo...felicidades Bella!

GRACIAS SEÑOR POR TUS PROMESAS!!! - Gracias por mis 46 "añitos".
GRACIAS por TODAS tus BONDADES!!!


El Señor me llamó antes de que yo naciera,



en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.



Hizo de mi boca una espada afilada,



y me escondió en la sombra de su mano;



me convirtió en una flecha pulida,



y me escondió en su aljaba.



Me dijo:"Celeste Corina,tú eres mi sierva;
en ti seré glorificado."



JESÚS TE AMO!!!.

13.5.09

El hebreo en busca de la sangre.


Era tiempo de primavera aquel año, y me encontraba en San Francisco llevando a cabo unos cultos evangélicos. Algunas veces me dirigía a los judíos asistiendo a las conferencias "Misión Israel".La experiencia de un anciano judío en particular me interesó grandemente,y haré lo mejor que pueda al citar sus propias palabras.
El dijo: "Esta es la semana de Pascuas, mis hermanos judíos, y al estar sentado aquí, me puse a pensar en cómo la observarán. Ustedes guardarán por un tiempo la levadura "motsah" (galletas sin levadura) y el becerro asado. Asistirán a los servicios de la sinagoga y cumplirán los rituales e instrucciones del Talmud, pero olvidan, mis hermanos,que tienen todo menos lo que Jehová pide. El no dijo:"Cuando hayan guardado la levadura, o cuando coman el motsah o el becerro, o cuando vayan a la sinagoga",sino que sus palabras fueron:"Veré la sangre y pasaré de vosotros" Oh! mis hermanos, no puede haber sustituto por esto. ¡Deben tener la sangre,sangre, SANGRE!.
SANGRE es la palabra temible y reverenciable para alguien que venera el oráculo antiguo, y que no tiene sacrificio. En cualquier lugar aparece en el Libro la sangre, pero no se la puede encontrar en el judaísmo del presente. Después de pausar unos momentos, el patriarca anciano continuó más o menos así: "Nací en Palestina,hace casi setenta años. Siendo niño me enseñaron a leer la Ley, los Salmos y los Profetas. Asistía en mi niñez a la sinagoga y aprendí hebreo de los rabinos. Al principio creía lo que se decía, que nuestra religión era la única y verdadera, pero al ir creciendo y al estudiar la Ley con mas interés me impactó el lugar que la sangre tenía en todas las ceremonias y la absoluta ausencia en los rituales en los cuales había crecido.
Vez tras vez leía Éxodo 12 y Levítico 16:17 y estos últimos capítulos en especial me hacían temblar al pensar en el gran Día de Expiación y el lugar que la sangre ocupaba allí. Día y noche un versículo sonaba en mis oídos. La sangre está para hacer expiación por vuestras almas. Yo sabía que había quebrantado la ley. Necesitaba de la expiación. Año tras año en ese día me golpeaba el pecho al confesar mi necesidad de ella, pero debía ser por medio de la sangre,¡y allí no había sangre!
En mi desesperación,por fin,le abrí mi corazón a un venerable y bien educado rabí. Me dijo que Dios estaba enojado con Su pueblo. Jerusalén estaba en manos de los gentiles,el templo estaba destruido y en su lugar estaba la mezquita de los musulmanes. El único lugar de la Tierra en donde se atrevía a derramar la sangre del sacrificio, de acuerdo a Deuteronomio 12 y Levítico 17, estaba profanado, y nuestra nación esparcida. Por eso es que no había sangre. Dios mismo había cerrado el camino para llevar a cabo el servicio solemne del gran Día de la Expiación. Es por ello que ahora debíamos de mirar al Talmud, y el resto de sus instrucciones, y confiar en la misericordia de Dios y los méritos de nuestros padres.
Quise estar satisfecho,pero no podía.Algo parecía decir que la ley estaba inalterada, aun si nuestro templo estaba destruido. Nada aparte de la sangre podía hacer expiación por el alma. No nos atrevíamos a derramar la sangre excepto en el lugar que el Señor había escogido.¿Entonces habíamos quedado completamente sin expiación?
Este pensamiento me horrorizaba. En mi desesperación consulté a muchos rabinos.Yo solamente tenía una pregunta:¿Dónde puedo encontrar la sangre de expiación?
Tenía más de treinta años de edad cuando dejé Palestina y fui a Constantinopla, y cada vez sonaba más fuerte en mi mente la pregunta sin contestación, y mi alma se perturbaba grandemente por mis pecados.
Cierta noche al ir caminando por una calle angosta de esa ciudad,vi un letrero que decía acerca de cultos para judíos.La curiosidad me hizo que abriera la puerta y entrara.Justo cuando me sentaba escuché a un hombre decir: "...y la sangre de Jesucristo,su Hijo,nos limpia de todo pecado". Aquello fue lo que me introdujo al cristianismo.Yo escuchaba conteniendo mi aliento mientras el orador decía cómo Dios había declarado"que sin derramamiento de sangre no se hace remisión", pero que El había dado a su único hijo, el Cordero de Dios, para que muriera, y todos aquellos que confiaran en Su sangre sus iniquidades serían perdonadas. Este era el Mesías de Isaías 53; este era el Sufriente del Salmo 22.Oh, mis hermanos, por fin había encontrado la Sangre de la expiación.Confié en ella,y ahora me encanta leer el Nuevo Testamento y ver como todas las sombras de la ley se cumplen en Jesús. Su sangre ha sido derramada por los pecadores.Ha satisfecho a Dios,y el único medio de salvación para los judíos o gentiles.
¿Has encontrado la sangre de la expiación? "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" Dios dice: "Y veré la sangre y pasaré de vosotros"



Queridos Hermanos...este texto lo encontré en la calle,cuando yo realmente estaba triste,lo llevé a mi casa y al leerlo me llevó a valorar más y más todo aquello que nuestros Pastores nos dicen cada vez que participamos de la Santa Cena y cada vez que declaramos sobre la sangre de Cristo Jesús.También algo que movió mi corazón es ver como El Señor obra ante un corazón SEDIENTO en búsqueda de la verdad...sea quien sea,judío, musulmán,etc...Hay algo imposible para Dios?.Recordé de dónde me rescató El Señor...vos te acordás?.Dios AMA aquel que lo busca!!!! y Dios es INCREÍBLEMENTE creativo para darnos respuestas CREATIVAS a nuestras preguntas."Pide y se te dará".
Gracias Señor!!!..."y la verdad os hará LIBRES!"...No nos cansemos de buscarla!!!!




Dios los Bendiga - celeste


4.5.09

Un verdadero testimonio del poder de Dios!

La vietnamita que en 1972 el mundo conoció a través de la imagen que la mostraba a los 9 años huyendo desnuda por una carretera tras el bombardeo de su aldea, dijo que por la fe en Dios aprendió a "perdonar a sus enemigos", aunque lleve de por vida las cicatrices de la tragedia .
Kim Phuc, que estuvo en Buenos Aires como embajadora de la UNESCO, participó del Encuentro Fraterno de Evangélicos y Católicos en el Luna Park, lleva de por vida las cicatrices que le dejó el Napalm, una gasolina gelatinosa de combustión prolongada que usó Estados Unidos en la guerra de Vietnam.Después de 37 años, aún le duelen los huesos "cuando cambia el clima", relató. La foto que le tomaron ese día, mientras corría con el 75 por ciento de su cuerpo quemado, simbolizó desde entonces en el mundo el horror de la guerra, especialmente para los niños, un tema que se ocupa de difundir como embajadora de buena voluntad de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).Pese a lo vivido, "el odio desapareció" a partir de abrazar en 1982 la fe en Dios y aprender a "perdonar a mis enemigos", dijo durante una rueda de prensa. "Yo deseo que ningún niño sufra como Kim y ayudé a los niños de Afganistán porque yo sé de qué experiencia vienen y entiendo perfectamente lo que sufren física y emocionalmente los niños que fueron víctimas de la guerra. A ellos les ayuda saber que si esta niña lo pudo hacer, ellos puedensuperar ese trauma", explicó.Kim contó que es recibida en universidades estadounidenses para exponer su testimonio, lo que es "una gran ayuda para que ellos piensen" en el retiro de las tropas de Afganistán e Irak. Kim Phuc es ciudadana canadiense y preside desde la ciudad de Toronto una fundación internacional de ayuda a la infancia víctima de la guerra.En esa condición, tuvo una recepción en el salón de los espejos del Palacio San Martín, junto al flamante Comité Nacional para los Refugiados en Argentina. La entrevista se desarrolló en castellano porque Kim vivió y estudió seis años en Cuba, a donde viajó enviada por el gobierno de su país natal."Mi tragedia se repitió cuando el gobierno vietnamita me descubrió todavía viva, cuando estudiaba el primer año de medicina en la ciudad de Saigón. Entonces me utilizaron para hacer entrevistas con la prensa extranjera y yo no tenía deseos de hacer nada", comentó.En 1986 pudo ir a estudiar a Cuba y en 1992 se casó: "fui de luna de miel a Moscú y en el viaje de regreso nos quedamos en la escala del avión en Canadá", donde aceptaron su pedido de asilo, reseñó.Para entonces, Kim ya conocía la Biblia y durante toda la entrevista se encargó de enfatizar el mensaje de "orar por los enemigos", inclusive al punto de disculpar por su responsabilidad al piloto del bombardero que arrasó su aldea. "Yo lo conocí en el Memorial de los soldados, en Washington, y me dijo "lo siento mucho, perdóname", nos abrazamos y lloramos mucho", describió.El foto reportero Nick Ut, de la agencia norteamericana Associated Press, fue quien disparó al mundo la imagen de Kim corriendo con sus brazos extendidos por una carretera ocupada por soldados `yanquis` junto a algunos de sus ocho hermanos, que siguieron viviendo en Vietnam. Fue ese reportero el que la llevó a un hospital cercano, donde estuvo 14 meses internada."Lo llamo Tío Ut, es como un miembro de mi familia y hablamos por teléfono cada semana, porque vive en Los Angeles", contó. "Muchas veces deseé que esa foto no hubiera existido, pero luego la consideré un regalo para que yo pudiera trabajar por la paz", manifestó Kim Phuc, sobreviviente de la guerra de Vietnam.

Señor...que esta nota y este testimonio impacte fuertemente en la vida de cada uno que la lea...es, indudablemente, una vida con propósito, como la de todos y cada una de nosotros...QUIEN PODRÁ ENTENDER TU SABIDURÍA, QUIEN PODRÁ MEDIR TU PROFUNDO AMOR DIOS MÍO!

celeste