Ilumíname, Señor, para que mi mente espiritual pueda ver según el nuevo lente de tu Espíritu Santo
Debo preocuparme por no ser un cristiano «al revés». El mundo a mi alrededor está empeñado en trastornar y distorsionar mi vida. Para que esto no suceda debo usar los lentes correctivos divinos, que necesito aprender a utilizar. Los judíos de Tesalónica se quejaron de que Pablo y Silas habían «trastornado al mundo entero» (Hechos 17:6). ¿Pero según cuál punto de vista? Según sus críticos el evangelio de Pablo parecía locura. Así como a Oseas, a Pablo se le llamó «necio» y «loco» (Oseas 9:7). En cambio desde el punto de vista divino Pablo y Silas tenían el enfoque correcto y eran instrumentos para corregir lo trastornado.
He visto, Señor, que cuando mi fe flaquea y mi amor se enfría es demasiado fácil dar excusas por mi situación. Hasta logro comprender cómo Judas llegó a vender a su maestro. ¡Es demasiado fácil «usar mal» la lógica para defender o comprobar la incredulidad! Para el hebreo mundano era muy sencillo ver la «belleza» de Egipto y el «encanto» de Asiria. Además seguramente descubrió más de un centenar de «razones» para abandonar a Pablo. Si escojo el camino del mundo me sobrarán «razones» para seguir ese camino.
Señor, ayúdame a distinguir entre lo derecho y lo torcido. Los «lentes» del mundo y del hombre natural son torcidos, averiados y opacos. Ilumíname, Señor, para que mi mente espiritual pueda ver según el nuevo lente de tu Espíritu Santo. No permitas que sea víctima del consejo del mundo: «ser razonable y sensible», ya que lo «razonable» para el mundo es la tontería más absurda para ti. «El mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría» (1 Corintios 1:21 rvr). ¡Dios mío, prefiero ser más bien un «necio» y un «loco» desde el punto de vista del mundo, si eso te glorifica a ti!
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor. Isaías 55:8
Tomado de Celebrando a diario con el Rey, de W. Glyn Evans, ©DCI, Desarrollo Cristiano Internacional, 1996.